Franco de Vita llora por Venezuela – Clarin

Entrevista.

En «Libre», su nuevo disco, el baladista se confiesa preocupado por la situación de su país de origen. Y sueña con hacer allí un concierto gratuito.

En Libre su música evoluciona como un ser vivo y las letras viran hacia un tono político, apartándose, por lo menos unos minutos, del romanticismo que lo representa. La balada es su marca indeleble, pero Franco Atilio De Vita De Vito (se llama así) busca ampliar su horizonte con su más reciente y ecléctico álbum.

Este artista mitad venezolano mitad italiano, que reparte su vida entre las ciudades españolas Alicante y Madrid, de un repertorio respaldado por un sinnúmero de encarnadas sonoridades, habla por primera vez, a través de sus canciones, de la situación que atraviesa su querida Venezuela. Así, en un tono de protesta, con buena dosis de sentimentalismo, De Vita aparta su costado romántico para que Libre suene a un grito desesperado.

¿Por qué ahora, y con este disco, decidiste empezar a hablar?

Empecé a ver cosas que realmente no me pude callar. La falta de medicamento, de comida. La gente tiene que hacer filas para obtener comida. Y ahí se armó el negocio del siglo. La gente se levanta temprano, hace cola y luego revende la comida. Niños que no van al colegio porque las madres los ponen a hacer fila y aguardan puestos mientras los padres van por otra cola. No hay atención médica, menos medicina. Niños que se mueren por falta de atención. Y me dije: «Ya no te puedes callar», y de ahí sale este disco.

Por tus dichos, últimamente, o por tus silencios en el pasado, fuiste cuestionado en Venezuela.

Si hablas porque hablas, si te callas, porque callas. Siempre te cuestionan. Intenté ser objetivo y decir lo que medianamente pensaba porque muchas veces me guardé muchas palabras.

¿Por qué? ¿Por miedo?

Sí, y esperanza de que pudieran cambiar las cosas. No complicarlas. Llegó un momento en Venezuela que eras de un bando o del otro. Y no había manera de conversar ni comunicarte. Si tú te habías declarado de un bando, no podías hablar con el otro. Pero resulta que del otro bando estaba tu amigo de la infancia… Entonces era una putada (sic). Miedo porque ibas a perder a tu amigo, o ibas a perder a tu hermano o tu vecino.

¿Y por tu seguridad o carrera?

No, por seguridad… (se toma una pausa y respira). En cierto modo, ese miedo puede existir. Porque tú te montas en una tarima, y qué sé yo… Esta gente tan extremista… Son terribles. Por mi carrera no. Yo no he ido a Venezuela a cantar en este último tiempo. Estoy seguro que no puedo cantar, que no puedo articular palabra. Puedo volver, pero no me apetece hacer fiesta.

La última noticia es que Venezuela quedó afuera del Mercosur.

No me extraña, porque están incumpliendo con todo. No entiendo a esta gente… cómo maneja el país. Ellos creen y piensan… o no le importa, absolutamente, cómo lo manejan. O que se vaya a la mierda, creerán. Hasta que puedan estar ahí, estarán.

¿Y de la bendición del Papa a Maduro, qué opinás?

Sentí mucha ira. Afortunadamente nos enteramos de eso. Pero me extrañó de Francisco. Evitando cualquier tendencia política, esa bendición fue terrible. A un hombre así no se le puede dar ninguna bendición, porque este hombre está haciendo desastres.

Tenés sangre italiana, sin embargo no elegís a Italia para vivir.

Porque se vive mucho mejor en España. El nivel de vida es muy diferente al de Italia. En España, para comunicarte y desplazarte, es mucho más efectivo. Tiene todo. Italia es conflictivo. No hay aeropuerto, los medios de transporte son terribles. Italia es complicada. Los impuestos, los palos que tenés que poner. Italia es muy muy caro. España es de los países de Europa que aún se puede vivir.

Entonces, ¿qué te queda de italiano?

Mi sangre, casi completa. Agradezco a Italia todo lo que me ha dado. Probablemente si no fuera hijo de italianos yo sería algo diferente, en cuanto a mi sensibilidad, mi manera de ver las cosas, hasta mi música, todo distinto. Pero a mi manera de ver y de estar arraigado, no. En mi adolescencia, sobre todo, a partir de los 13 hasta los 18 años, haber crecido en Venezuela me hizo quererlo, me hizo ser de ese país. Mis padres me enseñaron a amarlo. Yo siempre comparo esto con el fútbol, si veo Italia-Venezuela, voy por Venezuela. También porque es más débil. Tiendo a apoyar a los débiles.

¿Volverás a Venezuela?

No lo sé. Ahora no tengo el estómago para actuar ahí, dado que muchísima gente no tiene para comer. En principio, cuando vuelva, lo único que quiero es hacer un concierto gratis.

¿Cuánto te costó llegar a donde llegaste?

Ha costado mucho. Es algo que yo escogí, que amo, sin duda alguna, sino no lo hubiese podido hacer. La música es lo que más me ha emocionado como trabajo u oficio. Entonces, ¿costar? Sí, cuesta. Pero al mismo tiempo como lo hace a gusto. Como dice el dicho, “sarna con gusto no pica”.

¿Se perdió el romanticismo?

Sí, se perdió un poco ese romanticismo que se usaba en las baladas. Pero creo que la gente quiere seguir escuchando eso. Las radios probablemente no nos están dando el espacio. Habrá otro medio o vehículo para que la gente se entere que hay baladas en mis discos.

¿Sentís que con los éxitos que has compuesto para otros, tu figura como artista hubiera resaltado mucho más?

No, si me fue muy bien. Agradezco muchísimo a Ricky Martin, Chayanne, a todos los que han cantado temas míos.

Pero no todo el mundo sabe que esas canciones son tuyas.

No te quiero decir que el grueso de la población, pero mucha gente lo sabe. Es más, Ricky se encargó de decir que tales canciones son mías. Para mí, él ha sido uno de los más agradecidos. Antes de cantar VuelveA medio vivir, por ejemplo, decía que esa canción era mía. Se encargó mucho de difundirlo.

Draco Rosa nos dijo que cuando entregaba una canción se desprendía completamente de ella.

Me pasa lo mismo. Al momento, le deseas suerte y que la defiendan bien.

¿Te siguen dando pautas al componer un tema para otro?

Sí, pero últimamente no me piden porque ha cambiado tanto el mundo de la música y de lo que se está escuchando en este momento… La balada está en un momento en donde no hay mucho espacio. Está la música urbana y el reggaetón. Ahora los exponentes de esa música me están invitando a mí a cantar con ellos. Pero el mundo de la balada, ahora, está en crisis. Y como yo soy conocido como un compositor de balada, más que nada, no me están pidiendo. Pero son ciclos, hasta donde llega… Si no vuelve la balada, se transforma. Igual si tú le quitas el beat al reggaetón seguramente sea una balada.

De una forma bastante diferente.

Sí, los textos están cambiando a una parte más erótica o explícita.

¿Y tenés ganas de que te vuelvan a pedir canciones?

Desde hace un tiempo que ya no me han pedido. Mejor para mí. Es un gran compromiso. Mejor que no me pidan…

¿Por qué?

Ya era difícil componer para mí, imagínate para otro.

Franco de Vita, Libre Tour – 14 de febrero – Teatro Gran Rex (Avenida Corrientes 857)

Cómo es el álbum

Eclecticismo y un guiño a los Rolling Stones.

«Libre es un álbum variado, en principio. Definitivamente es para descubrirlo. Hay canciones que te dicen lo que hay y otras que tienes que escucharla varias veces”, define Franco De Vita.

Estás en la búsqueda de nuevos sonidos, nuevos estilos, dado el eclecticismo en tu último disco.

La vida es eso. Son diferentes estados de ánimo. Y para mí eso es un disco. Porque no se hace en 24 horas. Se hace en un período de tiempo que pasas por diferentes etapas, momentos. Y eso es lo que está plasmado. Y también está la necesidad de buscar, combinar, de hacer cosas que no había hecho antes. Eso es súper necesario, sino me hubiera aburrido… hace rato.

¿Cómo se hace para mantener el estilo, aún queriéndote meter en otros terrenos?

Hay que ser muy hábil. Intentar que el público entienda que es algo diferente, pero al mismo tiempo soy yo el que se lo está diciendo. Creo que cuando me pongo a componer dejo que fluya las cosas. Y eso hace que arrastre a Franco De Vita detrás de mí, por supuesto. Es buena la combinación. Me quedo libre componiendo, pero al mismo tiempo es Franco De Vita el que lo está haciendo. Eso hace que no te separes mucho de la realidad.

¿Pídeme es la canción más cercana a tu estilo?

Probablemente. Para la identificación, para que el público tenga una canción para dedicar y para que sea parte de su vida, sí. Pero para mí es Libre la canción dentro del disco. Es un tema de un momento específico. Momento fuerte, en fin, y que no todo el mundo está receptivo para ese tipo de temática.

No me busques tiene su lado rockero y, encima, le rendís tributo a los Rolling Stones.

Por supuesto, tiene esos coros de Simpatía por el Diablo. Bueno, salió por el texto. En un momento digo: “No me busques que me encontrarás / Una más que el diablo me la he aprendido ya”. Entonces me recordó a los Stones, claramente. Pero el texto de esa canción, si lo desmenuzas, es muy interesante. Préstale atención.